Cuando caes en cuenta de que para tener sitio web, además de crear el sitio, debes pensar dónde hospedarlo, el juego se complica. Los usuarios iniciales no suelen estar familiarizados con términos como webhosting, DNS o dominio. Además, al momento de buscar las palabras clave “servicio de hosting”, se enfrentan a una gran lista de ofertas, diversas entre sí en atributos y precios.
Entonces ¿qué hosting elegir?
En nuestro comparador, hemos visto cómo los servicios de hosting se contratan al margen del desconocimiento; unos deciden porque fue el que vieron en redes, el recomendado por un amigo o sencillamente el más barato. Lamentablemente, la mayoría le pone un lugar prioritario al factor precio, descuidando todo lo demás. Si bien el precio es relevante, lo mejor es dejar un presupuesto base para poder invertir en tu servicio de alojamiento web, especialmente, si quieres evitar pasar malos ratos con tu nuevo sitio. Así de importante es el servicio de hosting.
En el mercado, hay muchos proveedores de alojamiento web que dan más problemas que soluciones. Y esto es algo que queremos ayudarte a evitar. A continuación, te mostramos algunos aspectos para que puedas reconocer si el servicio de hosting que tienes en mente, o aquel que ya estás utilizando, cumple realmente con la calidad que promete. Si quieres medir la calidad de tu alojamiento web, fíjate en lo siguiente.
Aspectos técnicos a considerar al elegir un proveedor de hosting
Las especificaciones técnicas de tu servicio de hosting están estrechamente ligadas a cómo funcionará tu sitio web y correos en cuanto a rapidez, rendimiento, etc. Entre los elementos más importantes, te sugerimos revisar tres:
Espacio de almacenamiento:
Asegúrate de que tu plan webhosting ofrezca el espacio que necesitas para poder almacenar todos los archivos y bases de datos de tu sitio web. Un mínimo recomendable es de 1 GB para un sitio básico inicial, pero considera que probablemente vas a necesitar más espacio a medida que tu sitio crezca. Quedarte sin espacio te expone a problemas y errores, como que el sitio no cargue bien, o que tus correos no puedan ser recibidos ni enviados.
Transferencia mensual:
Este factor también es relevante. Se refiere a la cantidad de datos que tu sitio web puede transferir en un período de tiempo. Al igual que con el espacio, asegúrate de que tu plan de hosting cubra tus necesidades actuales y futuras. Un buen punto de partida es 50 GB; mientras que una transferencia ilimitada, lo que deberían escoger los sitios grandes y más complejos.
Discos sólidos SSD:
Los discos Solid State Drive o SSD son mucho más veloces y confiables que los HDD tradicionales, lo que resulta en tiempos de carga más rápidos para tu web y un mejor rendimiento general del servicio. Un buen hosting te ofrecerá tecnología SSD: rapidez al instante.
Soporte y atención:
Tan importante como las características técnicas son las cualidades humanas. Un buen equipo de soporte, amable, humano y en tu idioma, es crucial para resolver problemas rápidamente, manteniendo tu sitio activo y en funcionamiento. Al momento de enfrentarte al soporte, revisa lo siguiente.
Seguridad:
La seguridad es otro factor clave. Un buen hosting debe ofrecer medidas de seguridad robustas que protejan tu sitio contra ciberataques y garanticen la integridad de tus datos. Busca proveedores de alojamiento web que ofrecen certificados SSL gratuitos y la posibilidad de invertir en un SSL más completo; backups periódicos, protección anti spam, virus y malware, complementan una buena seguridad.
Rendimiento:
Cuando hablamos de rendimiento, hablamos de performance y rapidez. El rendimiento de tu sitio web depende en gran medida de la calidad del servidor de tu hosting. Si el servidor no es de calidad, tendrás una web lenta, que te hará perder visitas y afectará negativamente tu posicionamiento SEO. Los tiempos de tu servicio en función a su calidad, son los siguientes. Si tu web carga en:
Menos de 1 segundo: excelente.
Entre 1 y 2 segundos: aceptable.
Más de 2 segundos: debería mejorar.
Más de 3 segundos: inaceptable.
Existen herramientas que puedes usar para evaluar el rendimiento del servidor, te recomendamos: GTMetrix, PingdomTools, y PageSpeed Insights de Google.
Reputación:
Lo que dice la experiencia real, aporta información valiosa. Investiga en internet y mira qué opinan otros usuarios sobre tu proveedor de hosting. Si tiene buena fama, es buena señal. Las reseñas en Google, foros, blogs y comparadores pueden darte una idea de la calidad del servicio de alojamiento web. Asegúrate de considerar opiniones recientes, ya que los servicios de hosting pueden cambiar con los años.
¿Están disponibles?
El soporte técnico de tu servicio web hosting debe estar disponible cuando lo necesitas, por lo menos, en horarios de oficina; idealmente, a toda hora. Un hosting de calidad está disponible 24/7 para atender cualquier situación urgente.
¿Por qué medios atiende?
Es ideal que tu proveedor webhosting ofrezca múltiples vías o canales de soporte para comunicarte con ellos. Los buenos servicios de hosting te ayudan por chat en vivo, teléfono y mails o tickets.
¿Es buena la atención?
De nada sirve tener vías de atención 24/7 si te cuesta contactar con un ser humano y todo se responde a través de bots. La buena atención es algo que se paga, pues vale y vale mucho. Testea el soporte antes de contratar, haz preguntas técnicas para evaluar la rapidez y calidad de las respuestas.
¿Es un web hosting de calidad?
Recuerda que estos son solo algunos factores. Determinar la calidad de un hosting requiere un análisis detallado que incluya todos los elementos de tu proveedor. Utiliza esta guía para evaluar la calidad de tu hosting actual, o para elegir un nuevo proveedor que cumpla con tus expectativas y necesidades.